El inmobiliario y la tecnología | PropTech 3.0
El mercado inmobiliario es el mayor activo que existe en el mundo. Por ejemplo, en Estados Unidos esta industria contribuye con 13% del PIB del país, y representa 3,5 trillones de dólares. En el mercado residencial se comercializan cerca de 1,5 trillones de dólares, lo que resulta en 66 billones de dólares en comisiones sobre la intermediación inmobiliaria. Este es uno de los motivos por los cuales se considera a esta industrial una de las mayores oportunidades de inversión de la tecnología. Por otro lado, es una industria que hasta ahora ha resistido a la evolución tecnológica y científica. Los inmuebles aún se construyen con procesos similares a los de hace 100 años. Independientemente del escepticismo de este sector, ha habido algunos factores disruptivos que se han distinguido por su vanguardismo.
Si observamos los tres grandes contextos de la evolución de la PropTech, veremos que comienza con su nacimiento a principios de los 80 y se extiende hasta el año 2000. En esta primera fase, la era de Microsoft, las grandes empresas han sintieron la necesidad de recurrir a la tecnología para gestionar carteras inmobiliarias y operaciones contables para tener más información y de un modo más accesible. El formato de los documentos era cerrado, no existiendo aún la capacidad de compartirlos entre personas o máquinas con la facilidad con la que se comparte hoy. Lo que sí proporcionaba eran herramientas analíticas que conseguían una mayor cantidad de información organizada y disponible. Tenemos como ejemplo las empresas norteamericanas Autodesk, Argus Software, Yardi, entre otras.
Otra fase, el “PropTech 1.0”, evolucionó a partir del desarrollo de internet, entre los años 2000 y 2007. Empresas como Zillow, Trulia o Redfin vieron em el mercado residencial una enorme oportunidad para crear una “tienda virtual” (a semejanza de tantas otras conocidas en otras industrias). Se desarrollaron los portales inmobiliarios que se utilizan hoy en día.
La tercera fase de la evolución de la tecnología especializada en el inmobiliario, o “PropTech 2.0” surge cuando el consumidor empieza a interaccionar con el mercado a través de herramientas online y empieza a dar preferencia a plataformas interactivas. Este movimiento, que se caracteriza por la integración del cliente en la elección del producto, acabó asentando las bases para que empresas como AirBnb, Katerra o WeWork, desarrollaran plantaformas innovadoras en la que el propietario y el cliente entran en contacto y acaban fidelizándose a la libertad de decisión casi sin intervención humana. Este hecho representa para mí la razón por la cual en la compra y venta de un activo, el consumidor prefiere siempre obtener apoyo profesional y humano. La decisión es normalmente mucho más comprometedora.
Ahora grandes fondos de inversión apuestan en lo que denominan “PropTech 3.0”. Analizando las mayores frustraciones de los consumidores en su interacción con el mercado inmobiliario, existe un factor común. Siendo esta industria una de las más complejas, el consumidor aún tiene que recurrir a varios servicios para resolver todas sus necesidades inmobiliarias.
Para dar un ejemplo recurrente, una pareja que busque una propiedad irá en primer lugar a una entidad bancaria, después a un mediador o promotor para seleccionar lo que busca, posiblemente contrataría un abogado que ayudase a resolver los papeles para adquirir el inmueble… Todo este proceso más los costes inherentes a los servicios pedidos son algo arcaico cuando se compara a la fluidez de otras industrias.
Esta nueva onda debe enfocarse en la simplificación de los procesos a través de la agregación de los servicios necesarios, añadiéndola al análisis constante de toda la información disponible sobre los hábitos de los consumidores. Están desarrollándose varios procesos que tienen como objetivo facilitar la compra o venta de casa a nivel mundial, para satisfacer al consumidor con transparencia, seguridad y comodidad.
Los blockchain, los vídeos virtuales, las plataformas de precualificación de crédito inmobiliario, y la integración de redes sociales como Facebook o LinkedIn tienen el objetivo de captar y analizar el análisis de los comportamientos del usuario de manera que se desarrollen herramientas que lo satisfagan y lo fidelicen.
Mucho se especula acerca de esta nueva era que emerge, pero una cosa es segura: tal como las otras eras del pasado, está también va a modelar el mercado y distinguir a los profesionales más atentos. Es algo cíclico.
Un abrazo,
Jorge Próspero dos Santos
Dynamic Referral System Corporation